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PIO · Puntos de Interés Ornitológico

1-Las Tres Marías

Desde el pueblo de Casares, y si-

guiendo las indicaciones de la ruta

señalizada “El valle de Arbas”, se

accede a las inmediaciones de la

base de las Tres Marías por su lado

norte. Sus imponentes farallones ca-

lizos son el hábitat de chovas piqui-

gualdas y piquirrojas, cuyos grazni-

dos y sus vertiginosos picados en

vuelo, resultan inconfundibles. En su

base, entre los pastizales abiertos

y las bandas alternantes de mato-

rral, es fácil observar al pardillo y

a la collalba gris tras su retorno, a

principios de la primavera, de sus

cuarteles de invernada en África. El

gorrión alpino tiene aquí uno de sus

mejores puntos de observación y el

avión común una de sus colonias a

mayor altitud.

2-Embalse de Casares

Un extremo de la imponente vega glaciar que

ocupa el fondo del valle de Arbas fue anegado

hace unos años tras cerrarse la presa de Casa-

res y, desde entonces, se ha ido desarrollando un

nuevo ecosistema asociado al agua, lo que ha

permitido la presencia en la zona de algunas

aves propias de estos sistemas acuáticos, como

la inconfundible focha común o el somormujo la-

vanco. No es raro observar a la garza real mien-

tras patrulla las orillas en busca de presas y a los

ánades reales.

Un paseo por cualquiera de las colas del embal-

se facilita la observación de aves; resulta sencillo

acercarse a ellas desde la localidad de Casares

de Arbas.

3-Collada de Aralla – Mirador

Las cumbres y los collados que sirven de divisoria

a los valles de los ríos Luna y Bernesga, resultan

un inmejorable oteadero para la observación de

grandes rapaces. Es el caso de la Collada de

Aralla, a la que se accede por carretera desde

la Pola de Gordón a través del valle de Geras.

Justo en el alto, un mirador ofrece magníficos pai-

sajes y, con paciencia, también la posibilidad de

contemplar el vuelo pausado del buitre leonado

y del alimoche, que llega a la comarca mediado

marzo para criar, y retorna a sus cuarteles de in-

vierno africanos a finales de agosto.

4-El hayedo de Cabornera

Los hayedos son manchas umbrosas, con gran

querencia por la humedad, por lo que en la ver-

tiente meridional de la Cordillera suelen asentar-

se en laderas orientadas al norte. Al sur de la

localidad de Cabornera, se asienta una de estas

manchas, de pequeño tamaño, pero de gran

valor biogeográfico. Con paciencia, en ella se

observa con facilidad al reyezuelo listado, una

de las aves más pequeñas e inquietas de Europa.

También el camachuelo frecuenta estos bosques,

resultando más visibles cuando, en invierno, for-

man pequeños bandos.

Las Tres Marías

Foto Tomero y Romillo