

Las piedras del fondo del río sirven de cobijo a una
variada comunidad de pequeños organismos que
constituyen la base de la dieta de truchas y
otras muchas especies acuáticas. Gusara-
pas y gusarapines son depredadores vo-
races en su fase larvaria; tras la me-
tamorfosis se convierten en insectos
alados, abandonando sobre las piedras
numerosas mudas. Los maravallos, las
larvas de los tricópteros, se protegen en
elaboradas fundas que confeccionan con granos de arena o res-
tos vegetales a los que dan forma de tubo
con una especie de seda que secretan. La
ninfa de las libélulas y caballitos del diablo
sobreviven cazando entre la vegetación
sumergida, hasta convertirse en
hermosos adultos que vuelan con
excepcional destreza.
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