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25-Aliseda de La Utrera

Como en otros bosques de ribera bien conserva-

dos, el gavilán planea con sorprendente agilidad

entre el arbolado en busca de las pequeñas aves

que suelen ser sus presas. Como él, el alcotán

también despliega un vuelo acrobático, especial-

mente vistoso durante el celo.

La abundancia de arbolado favorece la presen-

cia del pito real, aunque por su carácter huidizo

rara vez se hará visible. Su inconfundible canto

bien merece el nombre de “relinchón” con que es

conocido en muchos de estos valles leoneses.

26-Embalse de Villagatón

Situado por encima del pueblo homónimo, solo

ofrece interés ornitológico en los momentos de

paso migratorio de aves. Se accede a través de

una pista de aproximadamente 1 km que, desde

el pueblo, sube hasta la presa. Allí se puede re-

correr el camino que bordea parte del embalse

y da vista a alguna de sus colas, donde es po-

sible localizar patos, somormujos e incluso algún

cormorán.

27-Pinares de Palaciosmil

Desde el pueblo, y siguiendo la ruta señalizada

“La Isla”, se accede por pistas forestales a los pi-

nares que bordean el embalse de Villameca. En

otoño e invierno se ven con facilidad bandos de

paseriformes que descansan y se alimentan en es-

tos ambientes. El piquituerto es, posiblemente, una

de las aves más peculiares de estos pinares.

28-Embalse de Villameca

Villameca es el mayor de los embalses de La Ce-

peda y el que en sus colas ha desarrollado mejor

algo de vegetación.

En los censos efectuados en los últimos años

además del ánade azulón, se ha detectado la

presencia de cercetas, algún cormorán, porrón

moñudo y somormujo.

29-Brezales del Tesón de Ferreras

Laderas continuas pobladas de bre-

zos y otros matorrales son aprove-

chadas por el pechiazul, donde los

machos despliegan sus contrastados

colores primaverales. La hembra,

más discreta, busca el cobijo del den-

so matorral para disponer el nido. El

observador paciente no tardará en

ver también a la curruca rabilarga,

que defiende con arrogancia su

área de cría, o al aguilucho pálido

patrullando la zona.

A estas pandas se accede por una

pista situada a algo más de un kiló-

metro al sur de la localidad cepeda-

na de Ferreras.

30-Laguna Gallega y tierras de secano

Se puede acceder por alguno de los caminos

agrarios que, desde Sueros o desde Castrillo de

Cepeda, suben a la planicie donde se ubica la la-

guna. Una ruta señalizada transita por la laguna,

por lo que cuenta con un panel de interpretación.

De poca profundidad, suele albergar gallinetas

comunes y zampullines, así como ánades azulones

y otros patos migratorios. Entre las tierras de se-

cano que la circundan no es raro levantar algún

bando de perdices; sobrevolando estos páramos

no faltan los cernícalos comunes y primillas y el

aguilucho cenizo.

Valdeluengo, Ferreras

Foto Tomero y Romillo