Localidad/punto de acceso:
Varias localidades
Municipio:
Villablino
Punto de observación:
Falta
Coordenadas:
Falta
101
Al seccionar los prismas de quiastolita se revela
su característica forma de cruz.
illameca
Quinta a del Castillo
Pres del embalse de
Villameca
Coordenadas:
Huso 29; X 740007; Y 4725719
Pc C O S D Ca P T J Cr Pa N Q
Estratig.
Tectónico
Paleont.
Mineralog.
Geomorfológico
Glaciar
Fluvial
Kárstico
Otros
La quiastolita
aparece
formando
prismas que
sobresalen de
la superficie
de las rocas.
Aunque pueden hallarse ejemplares de quiastolita en toda
la costa del embalse, son mucho más abundantes en las
inmediaciones de la presa.
Las rocas que afloran junto al embalse de Villameca
pertenecen a la Formación Agüeira y fueron deposita-
das durante del Ordovícico Superior. A lo largo de la
historia geológica, han sido sometidas a diversos pro-
cesos que han modificado su aspecto y su composición.
Entre ellos destaca la entrada de magma procedente
del interior de la Tierra a través de grandes fracturas
que se generaron en el subsuelo. El magma no llegó a
alcanzar la superficie, pero afectó a los materiales que
encontró a su paso; las rocas que entraron en contac-
to con él vieron muy incrementada su temperatura, lo
que modificó sus propiedades. Surgieron así algunos
minerales característicos de este proceso, denominado
“metamorfismo de contacto”, como la andalucita.
Este mineral, relativamente abundante en los alre-
dedores de la presa del embalse de Villameca, debe su
nombre a una confusión: los científicos que lo nomina-
ron se basaron en ejemplares recogidos en Guadalajara,
provincia que atribuyeron por error a Andalucía. La an-
dalucita pertenece al grupo de los silicatos de aluminio
y, en ocasiones, cuatro cristales pueden aparecer uni-
dos por su base, adquiriendo el conjunto forma de cruz.
Cuando la andalucita se presenta de este modo, recibe
el nombre de “quiastolita”. La quiastolita no resulta
especialmente atractiva tal y como aparece en la na-
turaleza, pero tras su corte y pulido adquiere una gran
belleza, por lo que se emplea como gema en joyería y
bisutería.
En la antigüedad, diversos grupos vinculados a la
cultura celta portaban una quiastolita para reconocer-
se entre ellos, a modo de carnet de identidad, un rasgo
identificativo valioso entre los miembros de pueblos
más o menos distantes. Siglos después, muchos pere-
grinos que se dirigían a Compostela llevaban consigo
Las quiastolitas de la presa del embalse de Villameca
Quiastolitas pulidas,
empleadas como amuletos.
una
lapis crucifer
, la “piedra cruz”, que no era sino una
quiastolita que empleaban como amuleto, a la que se
atribuía la capacidad de dar buena suerte durante el
camino. La lista de propiedades y prodigios atribuidos
a este mineral ha sido muy extensa a lo largo de la his-
toria: se creía que servía para ahuyentar a las serpientes,
depurar el espíritu, rechazar el mal de ojo y un largo
etcétera.