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tas herbáceas entre las que
destacan las aromáticas
como espliego o lavanda y
los tomillos. Las condicio-
nes ecológicas de estos
reducidos enclaves, son
muy parecidas a las de los
encinares de zonas medite-
rráneas, lo que se refleja
tanto en la vegetación,
como en la fauna asociada a
ellos, más propia de las lati-
tudes más meridionales. A
pesar de ello, conviven en
estos encinares con otras
especies más norteñas, gra-
cias al gradiente de hume-
dad que se mantiene duran-
te todo el verano. Además del encinar, aparecen en Llombera
otros dos hábitats de interés, como los cortados calizos y los
canchales. En ambos se asientan comunidades vegetales alta-
mente especializadas: las que habitan en paredones rocosos,
que deben sobrevivir a pesar de las condiciones de extrema
sequedad y las de canchales, que necesitan adaptarse al conti-
nuo movimiento del sustrato sobre el que habitan y a la esca-
sez de suelo. Las encinas crecen así, literalmente ancladas con
sus raíces en las grietas de las rocas.
Tipo de interés:
Botánico/ Científico.
Interés geográfico:
regional.
Fragilidad:
baja.
Medidas de conservación:
necesarias.
Figuras de protección:
no existen.
Amenazas:
minería.
Conservación:
La explotación de los
recursos locales, madera y caliza, ha
sido mínima por lo que presenta un
buen estado de conservación que se
refleja en una flora y fauna variada y diversa. La saca de madera ha
cesado totalmente, así como su aprovechamiento para pasto al princi-
pio de primavera.
Recomendaciones:
la primavera es la mejor época para la visita. En
verano deben evitarse las horas centrales del día debido a las altas tem-
peraturas que se alcanzan. No existen sendas ni caminos por los que
caminar con facilidad ; son frecuentes los canchales con rocas sueltas
por lo que es imprescindible llevar un buen calzado.
Encinar sobre suelos calizos
Tomillo