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dose la vivienda, que puede estar al fondo del mismo. Las casas
con cubierta de teja continúan las modalidades de la de
teito
y,
como corresponde a un área de la montaña leonesa, la de corre-
dor tiene una importante presencia. Este se dispone tanto hacia
el exterior como se ofrece al corral, que aquí adquiere gran
importancia. Relacionados con él se pueden reseñar cuerpos
cerrados, volados o apoyados en postes y pilastras de piedra,
con un elemental entramado y relleno de piedras pequeñas. Se
pueden destacar ejemplares de Posada de Omaña y Barrio de la
Puente, donde sus corredores adquieren gran desarrollo,
empleando con relativa frecuencia los cierres de tabla en
ellos.En ocasiones la casa aparece como un volumen cerrado,
donde se abre el gran portón carretal y el volumen redondeado
del horno, asomándose al corral trasero. Las organizaciones
crean soluciones con planta en forma continua en L y U, o se
articulan en varios bloques sueltos, que se pueden unir con
cobertizos para crear el citado corral, creando soluciones de
cierta complejidad, donde la cuadra de ganado lanar se separa
de la vivienda, destacando el elemento menor del pozo que se
cierra con muretes de piedra y tejadillo. La cocina dispone con
frecuencia de campana, constituida por armazón de madera, y
su chimenea está rematada con fábrica de mampostería o ladri-
llo enfoscado, siendo frecuente el empleo de ladrillo visto en
soluciones a partir de comienzos del siglo XX.
Junto a los modelos tradicionales podemos reseñar las
casonas solariegas, que alcanzan dimensiones palaciales como
el ejemplar barroco de Murias de Paredes, que señala dos
torreones en los dos extremos de su fachada principal. Aparece
Casa de La Fuente. Manzaneda de Omaña