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121.

Los pies o

pegollos

son generalmente bastante toscos, en los

hórreos de paja, predominando los pétreos de forma troncocó-

nica, realizados en fábrica de mampostería, como en ejempla-

res de Robles y Sosas de Laciana. Otras soluciones son el

empleo de piezas únicas de piedra de forma tosca, como en

Torre de Babia, o de forma troncopiramidal, como en Lago de

Babia, forma, ésta última, que es la más habitual en los hórreos

de losa y teja. Ocasionalmente se emplean pegollos de madera

en estos últimos. Pueden ayudarse estos apoyos con fábrica de

mampostería, que cierren el espacio bajo su

caja

, aprovechán-

dose como cobertizo para la protección de la carreta, aperos y

leña. Ocasionalmente se pueden emplazar sobre una edificia-

ción, como el ejemplo de Orallo, o como la excepcional panera

de Villarino del Sil empleada como coronación de la vivienda.

Los accesos se organizan a través de una escalera de piedra y la

caja

está realizada en tablones verticales de madera, apoyados

en las vigas inferiores o

trabés

, sustentadas a su vez en las

mue -

las

, piedras voladas sobre la cabeza de los pies que impide la

subida de los roedores, de losas más o menos regularizadas. La

madera empleada en la viguería, pares de la cubierta y tablazón

de la misma y de la

caja

suele ser de roble. Al exterior pueden

asomarse pequeñas fresqueras a modo de cajitas voladas de

madera, y en su interior se divide el espacio con tablas para

crear los

trojes

, que albergarán los distintos tipos de grano cose-

chados.

Los hórreos se pueden dotar de corredor, aprovechan-

do el vuelo de la cubierta y ocasionalmente el de las vigas o

tra -

bes

, pudiendo llegar a tenerlo en dos o más lados, como en

ejemplares en Torrestío, Palacios del Sil y Caboalles de Arriba,

Las paneras están presentes en Lumajo, Caboalles de Arriba,

Caboalles de Abajo y Villarino del Sil, pudiendo cerrar sus

corredores más expuestos completamente con tabla, reflejando

su ubicación la clara influencia asturiana de esta arquitectura.

El hórreo suele asentarse en la propia parcela de la casa, o agru-

parse en espacios de borde de los núcleos, e incluso constituir-

se en unidades compartidas

por más de un vecino, con-

tando con dos puertas de

acceso. No hay que olvidar

que originalmente, en estos

lugares, los primeros hórre-

os tuvieron carácter comu-

nal.

Foto: Hórreo. Torrestío