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Existe una gran riqueza de aves. Una de las que mejor
ha sabido adaptarse a los cambios en el medio ha sido la cigüe-
ña blanca, que cuenta con importantes efectivos en toda la
comarca, localizándose en Santibánez del Bernesga la mayor
colonia de esta especie de toda la provincia, con más de medio
centenar de nidos. La diversidad de ambientes naturales, se ve
complementada por hábitats artificiales, como el generado en la
cola de la presa de Casares.
Pero sin duda, ha sido la minería del carbón uno de los
factores que más ha determinado la vida en el valle del
Bernesga desde principios de siglo. Gracias a ella la
comarca no ha sufrido el fuerte despoblamien-
to de otras zonas. Coexiste con esta actividad
industrial, más propia de los
municipios más sure-
ños, una importante
actividad ganadera
tradicional,
que
optimiza el aprove-
chamiento de la
riqueza vegetal de los
valles y puertos de cabe-
cera, sobre todo en La Tercia
y en el Valle de Geras. La gana-
dería se ve potenciada por la proli-
feración en los últimos años, de empresas dedicadas a la elabo-
ración de quesos y embutidos tradicionales, que están dando
relevancia gastronómica a todo el valle.
torío
El Torío discurre, casi desde su nacimiento, trazando
impresionantes hoces y despeñaderos, en un paisaje eminente-
mente calcáreo del que tan sólo percibimos una pequeña parte.
El resto, es necesario imaginarlo, adentrándose en las entrañas
de la tierra, buceando en arroyos subterráneos o descolgándose
por simas, de las que ni el eco devuelve la voz. Grutas, cuevas,
galerías y conductos. Un mundo subterráneo que todavía está
por descubrir. Bordeado también por las altas cumbres de la
Cordillera Cantábrica, Pico Huevo, Murias y Correcillas, el
valle queda cerrado al norte, no teniendo comunicación con
Asturias por carretera. Al igual que el valle del Bernesga, con
quien colinda a poniente o el del Curueño, a levante, el Torío
discurre de norte a sur, disponiéndose los pueblos sobre el valle
del río, o sobre los valles que conforman sus tributarios,