vivir y
sobrevivir
En este ambien-
te dominado por la
roca y el frío, tanto
plantas como anima-
les precisan de adap-
taciones específicas
que posibiliten su
supervivencia. Las
plantas pasan nueve
o diez meses al año
sepultadas bajo la
nieve y el hielo. Las
flores son especial-
mente grandes y vistosas para atraer de forma rápida y efectiva a los insectos
polinizadores. Salen temprano en primavera, incluso antes de que la nieve se haya
derretido por completo, para poder completar su ciclo vital y reproductivo antes
de quedar sepultadas, de nuevo, por las primeras nieves del otoño. Los árboles no
son capaces de sobrevivir en altitudes superiores a los 1.500 m y los arbus-
tos que se asientan en estas altitudes adquieren un porte almohadillado
para soportar mejor las gélidas ventiscas y el peso de la nieve, que
puede alcanzar con facilidad espesores de cinco metros. Sin embar-
go, estos ambientes inhóspitos albergan multitud de especies muy
escasas en el conjunto de la península Ibérica, algunas de ellas
12.
Saxífraga babiana