Mirlo acuático europeo
Cinclus cinclus
E F M A M J J A S O N D
NE REP SED
R
esulta muy fácil de identificar por su aspecto
rechoncho, su inconfundible babero blanco y
su color marrón muy oscuro, que en la dis-
tancia llega a parecer negro. Sus patas son pro-
porcionalmente largas, lo que le confiere cierto
aspecto de chorlito, y las flexiona de forma ner-
viosa y continua.
Muchas veces se detecta su presencia por el ca-
racterístico reclamo que emiten cuando pasan en
vuelo rasante sobre el agua.
Es una especie fácil de observar y, con algo de
paciencia, no es difícil ser testigos de su incesante
actividad, tanto sobre las piedras, como en sus
constantes buceos e inmersiones.
Está presente en todo el territorio de Cuatro
Valles, donde prefiere ríos y arroyos de zonas
medias y altas, de aguas corrientes, claras, no
demasiado profundas y de fondo pedregoso.
Es un buceador adaptado a sumergirse por com-
pleto y caminar sin problemas por el lecho del río,
incluso a contracorriente, mientras rebusca entre
las piedras del río las larvas de tricópteros, efí-
meras, odonatos y otros invertebrados acuáticos
de los que se alimenta.
Dispone siempre sus nidos junto al agua, en los
taludes de los márgenes o entre la vegetación
y, con frecuencia, junto a puentes o molinos. En
invierno es menos selectivo con los cauces que
frecuenta y no es raro verlo en canales y presas
de riego, incluso en otros tipos de zonas húmedas
como lagunas y lagos glaciares de montaña, si-
tuados a considerable altitud, como la de las Ver-
des o el embalse del puerto de la Cubilla en los
que permanece incluso en pleno invierno cuando
la nieve lo cubre todo alrededor.
Su estrecha vinculación al medio acuático, le
hace especialmente sensible a la alteración de
los cauces y, sobre todo, al deterioro de la ca-
lidad del agua, ya que los macroinvertebrados
de los que se alimentan son muy sensibles a estos
cambios. Aunque no se cuenta con datos precisos,
en las últimas décadas parece notarse una ligera
disminución de sus efectivos.
Foto TRINO