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97.

cio de cruces de caminos, donde se enlazaba la comunicación

de Galicia y Asturias con la Meseta. Así, siempre hubo dos

direcciones dominantes, la Este-Oeste, coincidente desde la

Edad Media con el Camino de Santiago, y la Sur-Norte, atrave-

sando la cordillera Cantábrica para alcanzar la costa asturiana.

Durante la dominación romana el espacio correspondiente a

Cuatro Valles estuvo surcado por varias calzadas, de orden

secundario en el sistema viario de Hispania, que se construye-

ron siguiendo precisamente las cuencas fluviales de los ríos

Torío, Bernesga, Luna y Sil, con ramales que se adentraban en

territorio asturiano. Los vestigios más importantes de esta

época son los restos de la calzada romana que atravesaba el

Puerto de la Mesa, y del ramal que comunicaba Buiza con

Villasimpliz. A lo largo del medievo se siguieron utilizando las

vías romanas, y a ellas se unieron otras perpendiculares para

comunicar los valles entre sí. Con el paso del tiempo dos rutas

se transformaron en las más importantes y vertebradoras de la

zona: el camino real que llevaba desde León hasta el puerto de

Pajares, y el también camino real que entraba en Asturias por el

Puerto Ventana, quedando aquél desde finales del siglo XVIII -

hasta la construcción de la autopista- como el principal itinera-

rio. Para mantener practicable la red viaria, dada la particular

orografía de la zona, se necesitaron una gran cantidad de puen-

tes de todo tipo y condición, dejando un conjunto variado de

diversas épocas, estilos y fábricas. Sin ninguna duda, los pri-

meros puentes de envergadura fueron los romanos, ya que fue

en época imperial cuando se generalizó su construcción en pie-

dra, pensando en la durabilidad. Aunque no ha llegado hasta

nosotros ninguno en su estado original, son varios los que se

hicieron aprovechan-

do sus primitivas ubi-

caciones, e incluso

sus materiales o

cimentaciones, sien-

do todavía visibles

en algún caso los res-

tos de la ingeniería

romana. En la Edad

Media los puentes se

procuraban mantener,

no sólo por las comu-

nicaciones, sino tam-

bién porque eran generadores de capital gracias al cobro del

pontazgo. En esos momentos la construcción, reparación y con-

Foto: Puente. Canseco