Sosas alberga aún en buen estado, muchos
de los elementos que eran necesarios en el pueblo
para la vida cotidiana: el potro donde se herraban los
animales, las fuentes y abrevaderos, los lavaderos…
elementos que poco a poco, han perdido su utilidad,
pero que antaño servían de punto de encuentro de los
vecinos.
De esa vida cotidiana que se va perdiendo
en la memoria de los viejos, quedan aún manifes-
taciones en los trabajos comunes. Todavía son los
vecinos quienes en
facendera
, arreglan el camino
de la braña. Ya no se practican las
veceras
o turnos
para guardar el ganado.
Pero lo que más echan en falta los viejos,
son las fiestas de antes, en las que todos participaban
y, sobre todo, los momentos comunes, el
calecho
,
antes de cenar, mientras se hilaba o preparaba algu-
na herraminenta y el
filandón
, verdadero momento
de ocio, donde los mozos “ cortejaban” a
las mozas…