Allá en tiempos de la romanización, el latín llegó forzado por el imperio
y su uso vulgar fue derivando hacia variantes dialectales locales. Así aparece el
dialecto leonés, que se habla en buena parte del sector noroccidental de Iberia.
Condicionantes políticos y sociales hicieron que el castellano se extendiese por todo
el territorio; sólo algunos enclaves de difícil acceso en la cordillera, conservaron for-
mas del leonés clásico, aunque mezcladas con las primitivas lenguas prerromanas.
En
Tsaciana
se conservó una forma especial: el
patsuezu
. Uno de sus rasgos
diferenciadores es la pronunciación de la “l” con sonido similar a la “ch” francesa,
que algunos estudiosos han denominado “ché vaqueira”.
En los nombres populares de los objetos o en los topónimos, encontramos
gran cantidad de vocablos patsuezus.
En la ladera del valle que mira al oeste se encuentra
Fuechus Secos
, donde
se cultivaba el pan y en la contraria
Fuechus Verdes
. La
Peña los Bueys
y el
Cogutsón
vigilan el pueblo desde las alturas. La fuente de la
Pandietsa
da aguas al lavadero del
barrio de Trapa.
En la braña la flor más conocida es la
gritsándana
, narciso amarillo que
cubre los prados en primavera.