muros se refugia la
mustunietsa
(comadreja). El
escolancio
(lución) se escabulle entre la hierba,
perseguido por los segadores que lo confun-
den con una culebra.
La fauna es rica. No resul-
ta difícil ver a los corzos pastean-
do al atardecer en los claros del
bosque. Abundan las ardillas
y otros pequeños mamífe-
ros como lirones y ratones.
Durante todo el recorrido
puede escucharse el canto del
cuco y de las palomas, o descu-
brir a un pájaro carpintero pico-
teando insistentemente un tronco
para hacer su nido.