L
a real es una gran rapaz de color pardo, con
los hombros y la nuca dorados, y un pico po-
deroso. Su envergadura supera los dos metros
y sus alas son anchas para volar con ayuda de
las corrientes térmicas, de forma similar a como
lo hacen los buitres. No se aprecian diferencias
en el plumaje entre los machos y las hembras.
Los jóvenes, hasta los cinco años de edad, pre-
sentan grandes marcas alares blanquecinas que
van desapareciendo en las sucesivas mudas del
plumaje.
León cuenta con 38-40 parejas de águilas reales
que ocupan todos los sistemas montañosos. Cada
pareja mantiene sus vínculos de por vida y de-
fiende un amplio territorio de caza. En
Cuatro Valles es relativamente
común su observación en
las cabeceras de los va-
lles que vierten sus aguas al Torío, al Bernesga, al
Luna, al Sil y al Omaña, así como en La Cepeda,
donde no es raro observar una pareja en el en-
torno de Villagatón.
Los nidos son grandes plataformas ubicadas en
cortados rocosos de zonas remotas, donde el ac-
ceso es difícil y la frecuentación limitada. El celo
se manifiesta con impresionantes acrobacias aé-
reas en pleno invierno y, desde la puesta hasta la
emancipación de las aves jóvenes, pueden pasar
entre 6 o 7 meses.
Su alimentación se basa en la captura de aves de
tamaño mediano y mamíferos. Algunos ejemplares
pueden llegar a desarrollar cierta habilidad para
capturar crías de rebeco después de provocar su
caída por algún despeñadero. También consume
una cantidad nada desdeñable de carroñas en
compañía de buitres y alimoches.
Águila real
Aquila chrysaetos
E F M A M J J A S O N D
NT REP SED
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Foto TRINO