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indumentaria y joyería
n la indumentaria tradicional de las comarcas leonesas
se destacan dos grandes áreas, que son como dos focos que irra-
dian características propias y bien determinadas: sobriedad y
sencillez en los trajes montañeses, colorido y adornos en las
prendas riberanas. Y nos estamos refiriendo principalmente a la
indumentaria festiva.
La zona norte de la provincia de León, desde Laciana
en el extremo occidental, hasta Valdeón y Riaño en el oriental,
puede considerarse un área, aunque con ciertas peculiaridades
comarcales. Tiene como rasgo común, todo este conjunto de
comarcas de Montaña, la ausencia de bordados en las prendas y
la escasez de otros tipos de adornos. La ornamentación más sig-
nificativa son los motivos de líneas horizontales con paños
sobrepuestos.
Las distintas oleadas de modas que llegaban a villas y
ciudades fueron penetrando en nuestros pueblos, con más o
menos lentitud en unos o en otros, y arrinconaron prendas de
determinadas formas, sustituyéndolas por otras más modernas.
Y lo mismo se puede decir de los adornos, tejidos, colorido y
joyas. Tanto las modas, como las edades de la vida, el medio
geográfico, las economías locales y familiares, las comunica-
ciones y los gustos, serán factores a tener en cuenta para una
correcta interpretación de la indumentaria tradicional. Aunque
siempre se nos escapará la razón de muchas cosas. ¿Por qué el
hombre maragato siguió, en general, aferrado a sus prendas
arcaicas y no las sustituyó por otras más modernas? Sin duda
sufrieron éstas, ligeras variaciones al paso de los años, pero él
no cambió su armilla por la chaqueta ni sus bragas por el pan-
talón.
indumentaria femenina
Si recorremos hoy toda la geografía leonesa, el único
tocado que encontraremos, en cualquiera de sus comarcas, será
el pañuelo: de diferentes tejidos y colores, con variadas estam-
paciones o bordados. Y es importante señalar que las mujeres
de cada comarca tenían su forma peculiar de colocarlo y atarlo.
La montera femenina está bien documentada durante el siglo
XIX en toda la Montaña, Ribera del Órbigo y tierras bañezanas.
Monteras de paño o de terciopelo que colocarían quizá sobre
tocas de lienzo.
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