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192.

riberas medias del Bernesga y el Torío. Algo semejante ocurre

con las distintas modalidades de

jotas

,

corridos

y

“titos”

, que

incluyen súbitas

“agachadas”

de las filas en sus

mudanzas

, así

como en los diferentes géneros y variedades de

“bailes agarra -

os”

, que en su día rompieron el tabú del contacto físico, revo-

lucionando el baile y relegando los estilos más antiguos al desu-

so.

Dónde buscar

Existen pocos lugares donde, en su más pura expre-

sión, todavía pueda ser apreciada y difundida la riqueza que

entraña este tipo de bailes populares. En la comarca de Babia se

pueden contemplar en las nutridas filas de bailadores de

chano

y

jota babiana

que se organizan al único son del acordeón y del

fole, tras comer la típica

“caldereta”

en la romería de

Porcinero

, a principios de agosto. ¡Merece la pena acercarse!.

Algo parecido ocurre fechas más tarde, durante los concursos

que de jota babiana y chano suelen celebrarse cada año en

Cabrillanes y Piedrafita de Babia, o durante la celebración cul-

tural de la

Semana Babiana,

sin olvidar la presencia de algún

que otro corro de baile que siempre se organiza entre lacianie-

gos, omañeses y babianos en las praderías de la concurrida

romería de Carrasconte

. En Omaña, en la emblemática y mul-

titudinaria

romería de Pandorado

, tras la misa y el alborozo de

los campaneros con sus repiques, ya en la tarde, se pueden

escuchar y ver bailar

chanos

,

jotas

y

careadas

al son de las

pan -

deretas

y los

acordeones

. En las

romerías de San Froilán

en

Orzonaga, de

Nuestra Señora de Boinas

en Robles de la

Valcueva, de

Alba

, de

Arbas

, o de

Manzaneda

en Manzaneda

de Torío, no faltan momentos de protagonismo para la actividad

musical tradicional a cargo de un grupo o de los músicos tradi-

cionales de turno, quienes seguro provocan el baile de la con-

sabida

jota

, del

corrido

o de los

titos

, además del

baile agarrao

.

La

romería de Camposagrado

, asimismo, constituye otro masi-

vo punto de encuentro en la tarde, para los bailadores de estos

géneros.

En la

Fiesta del Pastor,

en Los Barrios de Luna, raro

es el año que falta el acordeón, pues los bailadores, como en

todas estas celebraciones, son espontáneos y aún abundantes.

En algunas fiestas de pequeñas localidades como Vivero, toda-

vía se debe preguntar con anticipación “si van a traer al músico

popular para la misa” ya que, en ese caso, seguro que alguien

se atreve a bailar. En las fiestas patronales de Villablino y resto