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quien percute con su palote o única baqueta, el tamborín de 50
cm de parche por 50 cm de bastidor, que cuelga del mismo
brazo con que el músico toca la flauta. Ambos instrumentos
constituyen para cualquiera, un difícil reto de coordinación
melódico-rítmica.
En las zonas más
ribereñas -Torío y Bernesga-
de las comarcas de “Cuatro
Valles”, el protagonismo ha
recaído en los conjuntos de
tamboriteros
, formados por
el dulzainero, redoblante y
bombo. La
dulzaina
es un
aerófono de origen y familia
instrumental u organológica
similar al del puntero de la
gaita de fole, salvo que en el caso de ésta, el aire debe ser apli-
cado directamente por el intérprete introduciendo su emboca-
dura de doble lengüeta de caña en la boca para, por medio del
soplo, generar entre ambas cañas la vibración que dará forma
definitiva al sonido deseado en cuanto a
timbre
,
intensidad
y
altura melódica
se refiere. Incluye varias
llaves
para permitir el
cromatismo, facultando a distancia el tapado de ciertos aguje-
ros fuera del alcance de la lógica y natural disposición las
manos del dulzainero, quien en ocasiones no puede acceder a
tales agujeros por la longitud del instrumento y por el propio
diámetro de estos.
No se debe cerrar a este apartado instrumental, sin alu-
dir a los acompañantes de la dulzaina y la gaita de fole. Nos
referimos a la
caja
o
redoblante
, membranófono de piel tensa-
da sobre un bastidor con forma de aro, que se percute con dos
palillos denominados baquetas, constituyendo con su son una
parte fundamental del aspecto rítmico del conjunto sonoro, al
vertebrarlo con sus dinámicas o reiterativas melodías rítmicas.
A su vez por un sistema de cuerdas o fornillos, dispuesta sobre
un bastidor con forma de aro, el
bombo
, percutido también por
un único intérprete con una sola maza, compagina sus percu-
siones a contratiempo con las de un platillo metálico anexo en
su parte más alta. El bombo capitaliza una función imprescin-
dible para el conjunto en lo relativo a la velocidad de la inter-
pretación pues, de modo pausado, servirá de guión a esta senci-
lla arquitectura sonora marcando el exacto pulso musical de la
Foto: Dulzainero