185.
tos propios y modo de desarrollar dicha actividad, algunos de
sus representantes pueden además ser considerados en otra
categoría: la de los
músicos profesionales
o
semiprofesionales
.
Se entiende como tales, a aquellos que, de modo cualificado,
protagonizan musicalmente ciertos momentos donde un simple
aficionado no puede suplir su carencia por razones diversas -
motivos técnicos, tímbricos, de calidad, tipo de instrumento,
amplitud de repertorio y experiencia, etc.-. Completan el grupo
los
músicos ocasionales
, que serán objeto de tratamiento más
adelante.
Los “tamboriteros”:
músicos de oficio y sus instrumentos
Al norte de Cuatro Valles, los principales representan-
tes de este género han sido durante el último siglo y medio, los
acordeonistas
, quienes alternando con los
gaiteros de fole
de
tipo asturiano -de tradición más antigua-, y con sus respectivos
acompañantes al
redoblante
y al
bombo
, se han llevado el pro-
tagonismo de toda celebración. Frente a ello, en las áreas más
al sur, su lugar ha sido ocupado por los “tamboriteros” ya sean
intérpetres en solitario o bien colectivos integrados de
flauta
y
tamborín
al brazo, por el último conjunto mencionado pero
acompañando a la
dulzaina
en lugar del fole.
El
acordeón
, por
lo depurado de su técnica
constructiva, carácter poli-
fónico y capacidad sonora,
se convirtió desde su intro-
ducción en la zona norteña
de Cuatro Valles a finales
del XIX, en un férreo con-
trincante del resto de for-
maciones instrumentales
populares con las que no ha
tenido más remedio que
implicarse en la mayoría de
los casos. Su tremendo
potencial melódico, frente
a sus antecesoras -las
con -
certinas, bandoneones
y
acordeones diatónicos
pri-
mitivos, de registro más
corto-, ha permitido duran-
Foto: Músicos