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181.

la cultura sonora

tradicional

ablar de la cultura sonora en el territorio que se acoge

bajo la Asociación Cuatro Valles es prácticamente hablar de la

realidad de una gran parte de la provincia de León. Pero, antes

de comenzar, conviene definir dos conceptos fundamentales:

entorno

y

patrimonio sonoro

. El

entorno sonoro

está confor-

mado por el conjunto de sonoridades, musicales y extramusica-

les que conforman todo ambiente acústico referido a un lugar o

a una persona. En cuanto al

patrimonio sonoro

, se refiere a

todo ese conjunto de sonoridades acaecidas a lo largo de la his-

toria.

Aclarados ambos aspectos y ante el amplio mosaico

comarcal que supone esta zona leonesa, nos referiremos a todo

aquello que los dos conceptos representan o han representado

en el día a día de sus gentes. Para ello tendremos en cuenta lo

que de ambos ha desaparecido, lo que se mantiene total o par-

cialmente, y lo que se ha transformado en el presente.

lo que el tiempo enmudeció

Sones habituales “hasta no hace mucho”

Como bien dice el musicólogo Miguel Manzano, espléndido

conocedor del cancionero de la provincia leonesa, “

el reperto -

rio popular nació y murió con una forma de vida desarrollada

en el ámbito exacto <<donde debía>>

”, de modo que este

patrimonio en su evocación o recreación debe siempre ser can-

tado y nunca leído aisladamente, es decir, para tal recreación no

debe abordarse en exclusiva el aspecto literario, pues sólo de

ese modo cobra su justo significado y no otro. En consecuencia

y antes de continuar abordando otros detalles, es de justicia no

obviar la mención de las excelencias de un patrimonio sonoro

perdido u olvidado en su uso que, si bien

a priori

no forma

parte de los objetivos de este trabajo, sin duda alguna es inelu-

dible, pues ha sido el responsable directo de su concepción

actual y del nivel de calidad de lo conservado.

Aún resuenan en las memorias locales, las

melodías

y

ritmos

del ayer con sus respectivos

timbres

. Estos, forzados por

muchas circunstancias de índole sociocultural, se vieron obli-

gados a abandonar su hegemonía sonora sobre la cotidianeidad

de los vecinos, para caer así en el desuso y posteriormente en

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