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del pueblo, protegido por fosos, denominados Las Cárcabas y
El Castrín o La Corona Paya, castro minero situado enfrente de
El Castro, que posee fosos defensivos y galerías subterráneas,
probablemente para explotar mineral.
En el valle del río Omaña, podemos citar el castro de
Villabandín, con restos de murallas, y situado muy cerca de la
zona de explotación auríferas. Más adelante, entre Villanueva
de Omaña y Omañón, encontramos un castro rodeado por fosos
en Las Cárcabas; entre este castro y el río, aparecieron sillares
labrados romanos. Cerca de El Cueto de Rosales, en el pago de
Murmián, aparecieron restos constructivos, molinos y cerámica
romana. En Villaceid, Los Castros es un recinto defendido por
dos fosos, en el que aparecen restos constructivos, fíbulas y una
moneda romana.
El desarrollo de la minería del oro es la clave explica-
tiva de la ocupación del territorio en época romana. Como ya
hemos comentado, la implantación romana provocó una evolu-
ción del modelo de poblamiento, pasando del castro prerroma-
no autosuficiente a una estructura mucho más compleja, basada
en la articulación de ciudades, asentamientos militares, vías de
comunicación y zonas de explotación económica. Aunque no
tengamos demasiados testimonios, es lógico pensar que este
cambio produjo a su vez otros en el campo de la sociedad, las
formas de organización política y las mentalidades. La fuerte
cohesión social y el carácter cerrado del grupo de habitantes del
castro prerromano iría disolviéndose lentamente a causa de la
llegada de población foránea (militares y trabajadores) en rela-
ción con las explotaciones mineras. En las zonas más apartadas,
como el ámbito vadiniense (zona de Riaño), esta evolución
sería realmente lenta. La epigrafía vadiniense, de la que tene-
mos un ejemplo en Cármenes, corresponde al siglo III d.C. y
nos refleja una organización social muy similar a la descrita por
Estrabón para la época prerromana. Sin embargo, la acultura-
ción y la influencia de la civilización romana es patente: el
soporte epigráfico es algo típicamente romano, aunque los
vadinienses no utilicen bloques perfectamente escuadrados,
sino cantos rodados; la lengua es el latín, aunque llena de ¿inco-
rrecciones?; por último, la dedicatoria se hace a los Dioses
Manes, los dioses romanos de los muertos.
Aunque pueda parecer lo contrario, la organización
política de estas comunidades sufrió pocos cambios. A lo largo