valles y angosturas. Este paisaje montaraz domina en los municipios de Quintana
del Castillo y Villagatón-Brañuelas, donde las rugosas formas del terreno han
permitido la construcción de los dos embalses existentes en la comarca, el de
Villameca y el de Villagatón. Capaces de retener las aguas del Tuerto el primero y
del Porcos el segundo, ambos regarán aguas abajo, los cultivos, huertas y frutales
de Villamejil y Magaz de Cepeda, los dos ayuntamientos de más clara vocación
agrícola.
Brezos y pinares de repoblación
En Quintana del Castillo, las envejecidas cumbres se suceden con valles ocu-
pados por ríos, arroyos y regatos, que mecen sus aguas para dar vida al Tuerto.
Escobas y piornos, pero sobre todo distintas especies de brezos, se encuentran
entre las plantas capaces de sobrevivir
en estos raquíticos suelos pizarrosos.
Durante años, la obtención de car-
bón a partir de las retorcidas raíces de
los brezos, llamadas cepos o tuérga-
nos, fue una de las principales activi-
dades económicas de la comarca.
Los hombres solían pasar el día en
el monte, arrancando las urces con un
pesado azadón. De la planta se apro-
vechaba prácticamente todo: con las
raíces se elaboraba carbón y las ramas
se ataban en manojos formando fejes;
ambos eran utilizados como combus-
tible para hogares y cocinas por su
elevado poder calorífico.
Desde los años cuarenta, sucesi-
vas repoblaciones van sustituyendo la
extensa alfombra de brezos por pina-
res que, lenta pero inexorablemente,
dan un nuevo aspecto al municipio.
En toda la comarca existen gran-
des extensiones de terreno ocupadas
por estos cultivos forestales donde
crecen distintas especies de pinos,
como el silvestre, cuya corteza, en la
parte superior del tronco, conforma
unas características escamas de color
anaranjado; el resinero, de gruesa y
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