En los angostos cañones, las condiciones de sombra y la elevada humedad permi-
ten la presencia algunos de los representantes más primitivos del mundo vegetal
como líquenes, helechos, musgos y hongos. Árboles como avellanos, alisos,
serbales o sauces, se asientan también en estos ambientes.
Sin duda es durante la primavera cuando los valles de la comarca muestran
todo su atractivo. Es entonces cuando el extenso tapiz púrpura que conforman
las flores de las distintas especies de brezos aparece salpicado por amarillos de
piornos, escobas, cambriones y retamas o blancos de jaras y escobas; también el
roble descubre en este tiempo su verde más brillante. Tal vez, la carretera
que une San Feliz de las Lavanderas con Ferreras, flanqueada por
rebollos, sea uno de los mejores lugares para apreciar este singular
cromatismo.
Las plantas medicinales tienen en estos
pagos un entorno ideal donde pros-
perar. Manzanilla y romero, esplie-
go y tomillo, entre otras muchas,
perfuman las soleadas primaveras
y las engalanan con todos sus
colores. Base de ungüentos y
recetas tradicionales transmiti-
das de generación en genera-
ción, todavía existen en la
comarca algunos curande-
ros reconocidos por el éxito
de sus tratamientos.
12.
San Feliz de las Lavanderas
Espliego y tomillo