

una dilatada
historia geológica
La historia geológica de esta comarca es común a la del res-
to de la Cordillera Cantábrica. Durante los periodos Silúrico y
Devónico (443-354 millones de años) la península Ibérica se
encontraba en la costa norte de un primitivo continente, Gond-
wana, bañada por un mar tropical de aguas poco profundas
en las que, entre otros muchos seres, se desarrollaron unos
organismos coloniales llamados graptolitos, de los que se tie-
ne constancia gracias a los fósiles encontrados en el Alto Sil
con una abundancia superior a la de otros territorios, lo que
hace de ellos un recurso de gran interés, aunque no el único.
También han aparecido varios fósiles de troncos, frondes
de equisetos y otros helechos del Carbonífero; su antigüedad
se fecha entre los 290 y los 354 millones de años, el mismo
periodo en que se formó el carbón que tanta importancia eco-
nómica ha tenido para Laciana y Palacios del Sil.
A finales del Pleistoceno, hace unos 10.000 años, fina-
lizó la última gran glaciación, el Würm, que afectó al
continente europeo y que, en gran medida, fue res-
ponsable de la actual distribución de las plantas y
animales que pueblan estos valles. El progresivo
calentamiento del planeta provocó el deshie-
lo de los glaciares que cubrían buena parte de
estas montañas; pero sus huellas han quedado
indelebles en el actual paisaje: en los amplios
valles en forma de
“U”; en la presencia
de lagunas,
tsague-
zus
y llamargas que
ocupan las pequeñas
depresiones excava-
das por las lenguas de
hielo; y en las turberas
permanentemente en-
charcadas, una de las
10.
D
r
o
s
e
r
a
Turbera en el Catoute
Graptolitos