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La cuenca carbonífera de Villablino
Pero además del valor económico del carbón, esta
cuenca ha resultado de enorme interés para el estudio
científico del periodo Carbonífero y de los organismos
que vivieron durante el mismo. Las numerosas labores
Tronco (arriba) y raíz (abajo) de una licofita, empleados con fines
ornamentales en las proximidades del santuario de Carrasconte.
mineras han puesto al descubierto rocas que, de otro
modo, hubieran permanecido ocultas en el subsuelo y
que han revelado detalles muy importantes sobre los
ecosistemas del pasado y sobre las condiciones am-
bientales que soportaron los organismos que en ellos
vivían.
La cuenca de Villablino es muy rica en fósiles de las
plantas que crecieron en los húmedos y encharcados
bosques donde se gestó el carbón. Así, en las areniscas
y lutitas de esta cuenca abundan los fósiles de “pteri-
dospermas”, grandes helechos ya extintos que se repro-
ducían mediante semillas, y de “pteridofitas”, helechos
que, como los actuales, se reproducían mediante espo-
ras; abundan también los “equisetos”, similares a las ac-
tuales colas de caballo, pero de tamaño mucho mayor,
y las “licofitas”, los mayores árboles que vivieron en los
bosques carboníferos, responsables en gran medida del
origen del carbón. En las rocas de esta cuenca también
aparecen fósiles de la fauna que vivió en el entorno de
los diversos ríos que discurrían entre aquellos bosques
carboníferos.
Una buena muestra de la diversidad de estos bos-
ques puede visitarse en el museo de fósiles y minerales
que la Asociación de Amigos de Sierra Pambley está
organizando en las antiguas escuelas de la localidad de
Robles de Laciana. Este centro reune numerosos ejem-
plares, extraordinariamente bien conservados, de flora
fósil del valle de Laciana, así como de fósiles de otros
periodos y de minerales procedentes de toda la comar-
ca y su entorno.
Algunos fósiles custodiados en las antiguas escuelas de Robles de Laciana: 1 y 2 troncos de licofitas, en los que se aprecian los
cojinetes donde se insertaban las hojas; 3 y 4 tronco y hojas de un equiseto; 5 y 6 hojas de helechos carboníferos.