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casas blasonadas
En las tierras de Cuatro Valles se encuentran intere-
santes vestigios arquitectónicos que las nobles familias hidal-
gas, originarias de aquí o establecidas en estos lugares, fueron
construyendo en sus solares para disponer su residencia y con
el fin de que actuaran como símbolos del poder y rango de sus
apellidos.
La casi totalidad de los edificios de este tipo que han
llegado a nuestros días se construyeron en la Edad Moderna,
aunque su origen pudiera ser más remoto y los linajes tuvieran
los solares desde el medievo. Los más antiguos se levantaron en
el siglo XVI y los más recientes a finales del siglo XVIII. El
paso del tiempo, a veces unido a la desidia, ha ido deteriorando
las construcciones e incluso degradando sus funciones.
Ejemplos sangrantes son la casa torreada de los Flórez en Vega
de los Viejos y la casona del conde de Nava en Caldas de Luna,
importantes edificios blasonados hoy en ruina inminente. En
otros casos la voluntariosa actitud de sus moradores ha permi-
tido que llegaran a nuestros días en buen estado. El prototipo
de casa solariega en esta zona es un edificio de planta cuadrada
o rectangular, de alzado simple y volúmenes cúbicos. En su
interior hay un patio con corredor al que se abren las distintas
dependencias. La zona noble se reduce al cuerpo de la fachada
principal, estando el resto construido con menor cuidado. Junto
a las estancias propias de vivienda se establecían otras de carác-
ter económico, como establo, palomar, horno, silo, almacén,
etc. Los más pudientes llegaban a hacer una capilla adosada al
edificio capital, que se utilizaba como panteón para enterrar,
acorde con sus pretensiones de grandeza, a los ilustres familia-
res fallecidos.
La fachada principal la conforma por lo general un
rectángulo apaisado de dos alturas, que pueden ir marcadas por
una cornisa o no. Tiene una disposición regular, con una orde-
nación horizontal de los elementos que la componen: vanos,
balcones y escudos. Presentan gran sentido de la planitud, evi-
tando la utilización de molduras pronunciadas o de cualquier
otro elemento que pudiera dar un juego de animación a los
muros. También son muy opacas, ya que en ningún caso tienen
pórticos a la entrada o galerías de arcos en los pisos superiores.
En el centro del lienzo se dispone la portada ejerciendo de eje
de simetría ordenador. Suele constar de una puerta lo suficien-
temente amplia para que entren las caballerías y los carros hacia