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89.

ampliaciones, según dice la cartela al exterior de la capilla

meridional:

SIENDO OBISPO DESTA DIOCESIS EL EXCMO

YLMO SR DN GREGORIO CERUELO Y ADMR

CAPN DN BENDO LAYZ CURA DE IOMRA SE

AGREGN ESTS OBRAS. AÑO DE 1834.

Por último, en 1908 se modificó la espadaña, haciendo de

nuevo los dos cuerpos superiores, que al ser de ladrillo desen-

tona con el conjunto. En el santuario, construido en sillarejo y

mampostearía con refuerzo de sillares en las esquinas, se pue-

den apreciar las distintas fases constructivas. La antigua iglesia

se hizo con planta de cruz latina. La nave, cubierta con bóveda

de cañón de tres tramos, se refuerza al exterior con un par de

contrafuertes en cada lateral, que se corresponden con los arcos

fajones del interior. El centro del crucero culmina en una media

naranja ciega sobre pechinas, no trasdosada al exterior. La capi-

lla mayor, cuadrada, se cubre con bóveda de aristas. En la refor-

ma del siglo XIX se añadieron nuevos espacios al templo. Así,

adosadas al antiguo testero, se dispusieron unas estancias que

hacen de camarín y confieren una forma poligonal a la cabece-

ra. También se levantaron dos capillas en los laterales de la

capilla mayor, en línea con los brazos del crucero al que se

abren, que ordenan la circulación del camarín.

A la iglesia se le añadió un pórtico delante de cada

entrada. El del costado meridional se hizo acoplándole al brazo

del crucero y llegando hasta el extremo de los pies; tiene tres

tramos con arcos de medio punto sobre gruesos pilares,

cubriéndose con las correspondientes bóvedas de crucería. El

otro, a poniente, se alza sobre los mismos tipos de soportes, y,

como aquel, esta construido con sillares de piedra caliza, aun-

que en este caso sólo tiene un cuerpo y una única bóveda de

crucería. La portada que cobija es muy sencilla y desproporcio-

nada, con unas gruesas jambas de piedra pensadas para un arco

mayor del que soportan. A su lado se abre un vano que permite

la visión de la imagen del retablo, para el peregrino que llega

con el templo cerrado.

En el interior, sobre las paredes revocadas, resaltan los

arcos, pilares y pilastras, construidos con sillares de piedra,

severos y sin ninguna concesión a lo decorativo como se empe-

zaba a imponer en la arquitectura de finales del siglo XVIII que

anuncia el neoclasicismo. Una reja, de 1854, resguarda la zona

más sagrada donde se halla la imagen titular.