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fiestas patronales,
romerías y otros festejos
Fiestas patronales y romerías se vinculan a la religiosidad en
la forma de santos patronos y advocaciones protectoras, de
manera que su sentido, en origen, es religioso. El acto principal
de la festividad se centra en la celebración eucarística el
día
grande
y en la procesión de la imagen correspondiente, que se
realiza antes, después o en un momento de la misa mayor. Suele
abrirla el pendón, seguida de la cruz procesional jalonada por
dos faroles, la imagen llevada en andas, tras la que desfila el
sacerdote o sacerdotes, si hay concelebración, y, seguidamente,
los fieles. El cortejo habitualmente discurre en torno a la igle-
sia o ermita, mientras echan las campanas al vuelo y se lanzan
cohetes en clara manifestación de júbilo y comunicación con
los demás pueblos de la contorna, que se dan por enterados de
que los vecinos están, en ese momento, en pleno regocijo devo-
to. También cabe el peculiar reparto de
bollos bendecidos
, cos-
tumbre que se practica el día de san Roque en Palacios del Sil
y en Posada de Omaña.
Estos festejos suelen durar tres
días, cuya diversión está defini-
da por celebraciones de carácter
profano y, en cierto modo, cultu-
ral, pues se sazonan de una
buena gastronomía en la que se
reelaboran platos tradicionales,
se practican juegos populares y
se acompañan de bailes, que no
son siempre los que practicaron
los abuelos y las abuelas.
También suelen cantarse los
Ramos
, que, como se acostum-
bra, están adornados y repletos
de rosquillas, bollos y, antigua-
mente,
roscas de manteiga,
es decir, tripas llenas de mantequi-
lla cocida, que se subastaban después de la misa mayor el día
del santo patrón. Si esto no es así, la ausencia siempre se palia
con un permanente espíritu de reencuentro familiar y de los que
habitualmente no viven en la localidad, que todos los años acu-
den en esas fechas casi como un rito invariable. Así, estos pue-
blos cobran un ambiente especial que, si efímero, suponen unos
días entrañables.
Foto: Romería. Camposagrado