151.
Las
romerías
han tenido
otro carácter más espontáneo
e intrínsecamente más popu-
lar que cualquier otro acto
religioso. En ellas una devo-
ción no impuesta siempre ha
estado presente en torno esas
cortas peregrinaciones a san-
tuarios y ermitas que se
recortan por la geografía de
Cuatro Valles. Pequeños y
rústicos espacios sagrados
cuya arquitectura sólo se ha
magnificado en los santua-
rios
marianos
de
Carrasconte, Valdesamario,
Camposagrado y Manzaneda
de Torío. El resto poseen el
sabor de lo antiguo, de la
modestia equivalente a las posibilidades del pueblo. Por eso son
más que nada, el reflejo de la sencillez y la creencia de los fie-
les que, en cada celebración, cumplida la misa y exaltación
devota, la concurrencia da paso a la comida campestre y al baile
regional donde se alardea con los pasos del
respingu
o del
son
d´arriba
, que en Omaña y Babia llaman
chano
. En otras zonas,
más cercanas a la llanura, la coreografía se artesona con jotas,
titos
,
corridos
o
agarraos
.
A la romería de Carrasconte acudían las gentes de Babia de
Yuso y de Suso, de Laciana, Omaña y asturianos de Somiedo; a
la de Pruneda, los de Babia baja y Luna; a la de Lazado los de
Babia Baja; a la ermita de San Justo en Villar de Santiago
(Laciana), lacianiegos y babianos de arriba; a la de Santiago en
Campos de Martín Moro, los de Omaña y del Bierzo; a la de
Pandorado, omañeses, babianos, lacianiegos; a la de Nuestra
Señora de las Angustias, en La Garandilla, omañases y ribera-
nos; a la de Porcinero, babianos; a la Nuestra Señora del
Socorro, en Donillas, los cepedanos; a la del Buen Suceso, en
Huergas de Gordón, los del valle de Gordón y La Tercia, como
también a la Virgen de las Nieves (Nuestra Señora de Celada),
en La Robla; a la Manzaneda de Torío, hombres y mujeres de
La Mediana e, incluso, de León capital; a Camposagrado, los de
Rioseco de Tapia, Benllera, Carrocera y capitalinos, y así suce-
sivamente. Las citas podrían continuar, pero es más que sufi-
Foto: Ermita de Manzaneda de Torío