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152.

ciente como para advertir que hay una identificación con el

lugar y la devoción, y que cada año la asistencia es un punto de

encuentro entre las distintas vecindades, otrora de vital impor-

tancia.

Todas ellas, aún en su modestia, tienen su grandeza. Las más

concurridas son la de

Carrasconte

, que se celebra en el mismo

lugar donde la leyenda dice que apareció la Virgen, motivo por

el que se levantó una ermita en el siglo XIV, que en el siglo

XVIII se convertiría en santuario con la construcción que hoy

se contempla, y que ha dado lugar al dicho:

Virxen de Carrasconte,

Carrascontina,

que´ntre Babia y Chaciana

t´hachas mitida

la de

Pandorado

, en Riello, recibe gran afluencia de gentes por

la exhibición de pendones en la procesión y por el desarrollo a

lo largo del día, de bailes regionales y deportes populares; la de

Nuestra Señora de las Manzanedas

tiene un fuerte atractivo

por el lugar donde se encuentra el santuario, construido en 1776

en el límite de los que fueron concejos de Alba y Gordón, sobre

un monasterio del siglo XI fundado por Alfonso III; y la de

Nuestra Señora de Camposagrado

es una permanencia en la

vida cotidiana y de rivalidad entre los ayuntamientos de

Rioseco de Tapia y Carrocera, hasta el extremo de tener el pue-

blo de Rioseco y el de Benllera, cada uno su propia puerta. El

lugar goza de una leyenda que se remonta a los tiempos de la

Reconquista, pues en uno de aquellos acosos bélicos de Don

Pelayo a los moros, recibió la iluminación de Santiago Apóstol

para vencer al enemigo en este rincón. Para ello hizo cavar trece

pozos en los que se metieron cincuenta hombres al mando del

capitán Colinas. A continuación, llamando la atención de las

huestes sarracenas, se batió en retirada para, con los hombres

apostados en los pozos, coger al infiel por la retaguardia y entre

dos frentes. Naturalmente, la escabechina fue mayúscula, razón

por la que este altiplano se llamó Camposagrado y el capitán

Colinas recibió el apellido de Tusinos después de que Don

Pelayo dijese aquello de:

“Tú sin nos los has vencido, y éste

será tu apellido”.

Además de las nombradas, se celebran otras muchas con

menos afluencia de público pero repletas de encanto, de las que

hacemos relación en el cuadro correspondiente.