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nuación se
enfornaban
las hogazas con la pala, colocándolas
alrededor y de fuera a dentro, y dejando las
empanadas
, muy
habituales en Laciana, la
pica de Benllera
de tocino y chorizo,
y las
tortas
que siempre se hacían con los restos que quedaban
en la masera, en la boca del horno, pues eran las primeras que
debían sacarse. Y, al igual que éstas, se hacían y se hacen la
torta fuchada
de Omaña, la
torta de libros
del valle del río
Torío, la
torta de Benllera
con huevos leche y azúcar, y la rosca
o
guerrifa babiana
de pan de trigo amasado con leche, mante-
quilla y azúcar, que en las bodas otorgaba la madrina al mozo
ganador de las carreras pedestres que se realizaban para entre-
tenerse, competir y hacer más grande el acontecimiento nup-
cial.
De esta manera la mujer montañesa amasó y coció
durante siglos tortas, roscas y panes de centeno que servían de
compango, pues era el cereal dominante, dejando el de trigo
para las grandes ocasiones. Actualmente, esa artesanía mezcla-
da con la de la repostería, está en manos de obradores que
reparten el pan elaborado artesanalmente en su área de
influencia. Rioscuro, Piedrafita de Babia, Quintanilla de Babia,
Riolago, La Pola de Gordón, Riello, Matallana de Torío, Pola
de Gordón, son algunas de las localidades donde se puede obte-
ner. Aquél que no tenga demasiada levadura, servirá para hacer
las
migas de Gordón
, típicas de pastores, hechas en una sartén
con migas, panceta troceada, ajo, aceite y agua.
Las hortalizas se cultivaban en pequeños huertos en el
fondo del valle y en las proximidades del pueblo, donde las ver-
Foto: Cocina. Sosas de Laciana