Cuenta la leyenda que, en tiempos de la invasión romana, los pobladores de
estas tierras eran conocidos como hombres dioses infernales, los “homines manium”
por su carácter indomable. Posiblemente de ahí tomaran su nombre actual, omañe-
ses, los pobladores de Omaña.
La tradición local recoge que una tarde se apareció la Virgen a
un pastor de La Omañuela, ofreciéndole una talla con su imagen para que
la venerasen. Tras bajar al pueblo, se entronó la imagen en la iglesia, des-
apareciendo por la noche y reapareciendo al día siguiente y posteriores en
la piedra de la primera aparición, por lo que se hizo una ermita en el lugar
deseado por la Señora. Hasta hace algunos años se conservaba la piedra,
reconocible por la cruz que había grabado en ella el pastor. En primavera
se celebran las rogativas de los pueblos y cada 15 de Agosto, hay romería
en la ermita de Pandorado, con procesión y misa, a la que acuden los veci-
nos de toda la comarca, con sus pendones y bailes populares.