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días y en el que se forjó la
noción feudal de pacto entre
señores, - en este caso represen-
tado por la familia Quiñones,
dueños de los principales casti-
llos y torres, - y vasallos, -
dependientes jurídica y econó-
micamente de los primeros -
que acabó con la aparición de
los concejos y los aires de liber-
tad se fueron asentando en
nuestras tierras debido, entre
otras razones, a que el Camino
de Santiago, esa vía secundaria
desgajada del Camino francés,
que partiendo de la ciudad de León discurre hacia San Salvador
de Oviedo, cruza de sur a norte nuestra región, dejando en la
Ribera del Bernesga la impronta de todo lo que significó para
ella la ruta jacobea y que ha elaborado el Dr. Juan J. Sánchez
Badiola.
Pero quizás si un término define por antonomasia a
Cuatro Valles en el mundo del Antiguo Régimen es la palabra
trashumancia. Y a ella y a lo que el pastoreo y la oveja signifi-
caron en esta comarca, desde la aparición del famoso Honrado
Concejo de La Mesta en el siglo XIII hasta los años centrales
del siglo XX, en su economía, vida, costumbres y hasta vestido
o comidas va dirigido otro capítulo de este libro, escrito por la
Dra. Mª José Pérez, en el que se tratan los orígenes, desarrollo
y repercursiones económicas de las grandes cabañas ganaderas
pertenecientes bien a importantes nobles o a cabildos eclesiás-
ticos que aquí llegaban “a veranear” tras recorrer una polon-
gada red de cañadas, cordeles y veredas que hoy constituyen
un importantísimo ejemplo de nuestro patrimonio cultural y
ecológico, para regresar a la Extremadura a comienzos del
otoño, aprovechando así unos riquísimos pastos de yerbas de
alta montaña que hoy, lamentablemente se agostan, comidos
inútil y baldíamente por el sol.
Los tiempos modernos (siglos XV-XIX) dejaron tam-
bién dos importantes huellas artísticas, tal como pone de mani-
fiesto en el capítulo correspondiente el Dr. Emilio Moráis.
Todos los muchos y pequeños núcleos de población de la región
conservan inexorablemente una parroquia, una iglesia que se