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labor de la cantería, sino la de la
escultura en piedra
, que en
la actualidad realiza José Luis Casares en Quintanilla y Bobia
(Soto y Amío). Algo semejante ocurre en cuanto a la plasma-
ción escultórica hecha en
bronce
por José Mª. Morla Díez en
Piedrasecha (Luna). Una obra de pequeñas figuras pero de
expresiva plasticidad, en las que el movimiento y las variadas
composiciones de esfuerzos hercúleos, se convierten en una
constante estética y creativa de su escultura.
Si del mundo de los metales seguimos hablando, la
artesanía de la
forja
es otra opción más prosaica pero necesa-
ria, que proporcionan Javier Muñiz en Villaseca de Laciana y
Manuel Robla en Villablino.
Quizá los trabajos de
madera
tengan más adeptos en estos
valles donde abundan los bosques y donde fue tradicional la
elaboración de aperos y la talla de madera. Los viejos madre-
ñeros como Amaro Calzada, de
Fasgar, y Noé García, de
Cirujales, dejaron sus llegras y
azuelas hace tiempo, para ser
sustituidos por otros artesanos
de manualidades decorativas
como lo son Ovidio García, de
Matalavilla,
Baldomero
Gómez y José Pardo, de
Villablino, y Flor y Rosa
Fernández, de Piedrafita de
Babia. Otra pretensión es la de Inmaculada Álvarez, de
Santiago de las Villas, más próxima a la realización de mobi-
liario. En otra línea de trabajo se encuentra Hipólito Vázquez
Blanco, vecino de Villaseca de Laciana, que aprovecha la
madera para hacer
pirograbado
, técnica que incluso aplica
sobre piel.
La
vidriería
cuenta con dos artesanos: uno es Concha
Reguera, de Benllera, y otro, Indalecio Pahíno, de Santiago de
las Villas. La primera, graduada en Artes Aplicadas, desarrolla
su capacidad artística en vidrieras donde el color es la base de
su concepción plástica. El segundo, se centra en la minuciosi-
dad y originalidad de objetos decorativos en los que destacan
las lámparas tipo Tifany´s y las vidrieras aplomadas y estaña-
das.
El deporte de la pesca de la trucha y su práctica
siguiendo el método tradicional leonés de la “mosca ahogada”,