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sacando agua de los charcos
y despertándote a ti.
Ese ingenio, ayudado por las circunstancias cotidianas
o excepcionales de la vida pautada que ha tenido esta sociedad
rural, era una condición que alimentaba y creaba el corpus lite-
rario popular que suponen los refranes, los proverbios, las adi-
vinanzas, los trabalenguas y las retahílas, complicadas de reco-
ger en este texto, por lo largo que se haría este apartado. Si nos
podemos detener conforme a esa obligada disciplina, y para ter-
minar sonriendo, con la reproducción dos viejas retahílas: la
que tiene por título
El Gato al que le picó una pajina
(Abelgas)
Una vez era un gato
que andaba por un tejao.
Le picó una pajina en el culo
y dijo: Miauuu
y la
Retahíla de los dedos
(Lumajo)
Tito, tito, colorito.
¿Quién te hizo?
- Jesucristo.
- ¿Con qué?
- Con la cera verdadera.
- Salte tú por la puerta para afuera.
(Se esconde un dedo)
- Tito, tito, colorito
¿Quién te hizo?
(se repite)
juegos y divertimentos que no deben perderse en el olvido.
cultura material:
el patrimonio mueble
La cultura material de los pueblos está en estrecha
relación con su modo de vida. Pero, por muy ele-
mental que parezca esta apreciación, cada uno de
estos bienes muebles vienen a representar mode-
los de tecnología, sistemas de producción, trans-
formaciones evolutivas de los mismos, usos y
desusos, especializaciones laborales, aplicaciones
simbólicas en rituales agrarios, lenguaje y oficios
artesanales. Cada actividad ha requerido su herra-
mienta, y, ésta, un grado de perfección técnica