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168.

Grayero

(Grajero) (Cármenes); las de los lagos de Saliencia; la

de los tesoros de Lumajo y Viadangos de Arbas, etc. Y respec-

to a los

mitos

, la gran mayoría está relacionado con animales

fantásticos, como el

Cuélebre de Getino

, la

Serpiente de

Leitariegos

, o con seres irreales que habitan en las fuentes, es

decir, las

janas

o

xanas

, que han dado lugar a una abundante

toponimía y han servido para desvariar la imaginación popular

con los encantos de ninfas hermosas.

Respecto a los

cuentos

, tal como comenta Julio

Camarena,

“no se detienen ante las fronteras administrativas y,

siendo tradicionales, tienden a propagarse por zonas cultural y

geográficamente próximas hasta llegar a adquirir, incluso, la

difusión de los cuentos maravillosos, cuyos argumentos, en la

mayor parte de los casos, son universales”

. Aún establece un

repertorio concreto para el noroeste peninsular, en cuyo ámbito

se halla la zona que estamos tratando. Algunos de estos tienen

títulos tan sugerentes y simpáticos como

La zorra que estaba a

las cerezas

(Caboalles de Arriba - Laciana),

El gocho en la

capilla de San Antonio

(Lumajo-Laciana) o

El tiu rey

(Cepeda),

que igualmente conservan los de las fábulas y que bien define

la de los

Cuatro llobus que bajanum pur el valle de Laciana

,

recogida por Cayetano Bardón.

Como sucede en las leyendas, donde el tema amoroso

sirve de argumento con cierta frecuencia, no es baladí que las

coplas de amores

constituyan otro importante apartado dentro

de la cultura popular, que en muchos casos es la razón de una

lírica emotiva y de gran belleza, de la que se hacen eco estos

versos:

Amores en tierra firme

no los derriban los aires,

dónde estás que no me oyes,

alivio de mis pesares

Un sentimiento que se utiliza, como no, en los

cantos de

ronda,

hoy complicados de conocer directamente, salvo en

Riello, donde se realiza una ronda en agosto, que viene a recor-

dar y reveredecer el ingenio de sus estrofas, a veces saturadas

de ironía como ésta de la tierra de Gordón, en el valle del río

Bernesga:

Si no te quisiera bien,

no andaría por aquí,