59.
preferencia tiene su justificación, y es que cuando se veían ame-
nazados el ganado podían trasladarlo con relativa rapidez para,
de esta forma, proteger su potencial económico; en cambio, en
las mismas circunstancias, la agricultura estaría prácticamente
condenada a la destrucción. Un segundo factor coadyuvante al
avance de la trashumancia fue el que esos territorios fronteri-
zos, estaban escasamente poblados, por lo que la abundancia de
tierra y la escasez de mano de obra, los ponían en condiciones
óptimas para ser rentabilizados por medio de la ganadería. De
cualquier manera, parece, según Reyna Pastor, que el inicio del
trasiego ganadero se practicó ya desde el último cuarto del siglo
XII, y fueron las Iglesias y los Monasterios los primeros en lle-
varla a cabo -en nuestra provincia el monasterio de Sahagún fue
uno de los primeros en practicar la trashumancia ganadera-.
Pero, en cualquier manera que ésto ocurra, tales desplazamien-
tos, en sus inicio, no van a estar ligados a la raza merina, ya que
parece que ésta se consolidó en épocas posteriores.
Por otro lado, a medida que avanza la reconquista la
organización de los movimientos ganaderos anuales se van a
ver impulsados, ya que los desplazamientos entre el norte y el
sur de la Península son cada vez menos problemáticos, y desde
el reinado de Alfonso X, la reconquista alcanza las condiciones
idóneas para ese trasiego entre agostaderos e invernaderos, lo
cual implicará un importante desarrollo de la trashumancia.
Pero tendremos que esperar hasta los siglos XIV y XV, para que
la ganadería trashumante experimente su mayor auge, ligado al
incremento de los espacios baldíos, debido al retroceso demo-
gráfico, y al aumento de la demanda de lana castellana por parte
del mercado flamenco.
Foto: Rebaño de ovejas y cabras. La Cepeda