63.
• El duque del Infantado: arrendaba en Almuzara, Cármenes,
Felmín, Gete, Rodiezmo, Rodillazo, Tabanedo, Torrestío,
Villar, etc.
• El duque de Bejar: en Vega de Gordón, Mirantes de Luna,
Villafeliz, entre otras localidades.
• El marqués de Campoflorido: arrendaba preferentemente en
Las Murias o Cuevas del Sil.
• El marqués de Yturbieta: en Aralla, Oblanca o Pobladura de
Luna.
• El marqués de Valverde: especialmente en Caldas de Luna.
3.Ciertos ganaderos:
• D. Juan de Lerma: arrendó en Candemuela, Genestosa,
Huergas, La Majúa, Las Murias, Lazado, Riolago, Robledo,
Vegapujín, etc.
• D. Juan de Salazar: Caldas de Luna, La Riera, Las Murias, etc.
• D. Antonio Negrete: Caldas de Luna, Geras, Olleros de Alba,
Pola de Gordón, etc.
El periodo temporal por el que tomaban en renta las
hierbas estivales, oscila entre el año y los nueve años, siendo las
frecuencias más repetidas seis y ocho; por el contrario, las que
menos se registran son las referentes a arrendamientos de corta
duración, de uno a tres años.
repercusiones de la trashumancia
en las economías concejiles
La incidencia que tenía en la montaña de León la tras-
humancia estuvo ligada al avance o retroceso cuantitativo que
experimentaron los ganados, lo que lógicamente repercutió
directamente en una mayor o menor demanda de los puertos.
Por ello, el balance general de los siglos XVI y XVII, fue posi-
tivo, aunque con ciertos baches cíclicos. Así en el último cuar-
to del siglo XVIII observamos, como se incrementa el costo de
los pastos estivales, bien por el incremento de roturaciones de
tierras para su puesta en cultivo; o bien por la respuesta que
obtuvieron los distintos procesos legales que emprendieron los
concejos de la montaña para conseguir revalorizar el precio de
sus hierbas, tal sería el caso de la mancomunidad de Salientes,
Salentinos y Valseco, pero, como posteriormente veremos, no
es éste el único ejemplo.