belleza.
Las duras condiciones que
impone la alta montaña no
impiden, sin embargo, que
este paraje de Arbas estalle en
mil colores llegada la primavera. Flores propias de la alta montaña, de can-
chales y pedreros, de pastos, vegas y arroyos pueblan la montaña en cuanto
la nieve inicia su retirada. Multitud de orquídeas, la pulsatilla, el tóxico
acónito, la aguileña o la digital, entre otras muchas, orlan el valle de Arbas,
donde se levanta majestuoso el macizo de las Tres Marías. Entre el gris
ceniciento de sus paredes verticales de caliza, no resulta difícil descubrir
el tono anaranjado del roquero rojo.
Aguas abajo, el Bernesga se adentra en el municipio de La Pola de
Gordón por las hoces de La Gotera, donde una antigua leyenda
cuenta que un cuélebre exigía el pago diario de una oveja;
cuando éstas se agotaron, demandó una doncella. Fue san
Roque quien libró a los vecinos de la serpiente alada, cuyos
restos se guardan en un arcón en la cercana ermita del
santo. Cuenta también la tradición que quien ose abrir el
arca y mirar en su interior quedará ciego.
12.
Gistreo
Aguileña
Las Tres Marías
Acónito
Digitalis parviflora