Verdes campos, florida y ancha vega,
donde Bernesga próvido reparte
su onda cristalina; alegres prados,
antiguos y altos chopos, que su orilla
bordáis en torno, ¡ah, cuánto gozo, cuánto
a vuestra vista siente el alma mía!
Epístola a Batillo. Jovellanos.
15.
El Bernesga en La Seca
Panorámica desde El Rabizo