Vegetación al límite
Como en otras
comarcas de Cuatro
Valles, el Bernesga
es zona de transición
entre dos grandes bio-
climas, el atlántico y
el mediterráneo, bien
diferenciados por el
marcado estiaje que
caracteriza al segundo.
El gradiente de hume-
dad, la altitud, la natu-
raleza geológica del terreno y la diferente exposición resultan determinantes para
la distribución de la cubierta vegetal del valle.
En las zonas más altas, superados los 1.800 m, las condiciones extremas impi-
den el desarrollo del arbolado, por lo que el paisaje está dominando por amplias
vegas de pasto y matorrales rastreros. Apenas algunos abedules crecen en las
laderas más favorables.
Hacia el sur, el juego de exposiciones que ofrece el relieve genera una gran
riqueza botánica. Entre los 700 y los 1.500 m de altitud, las laderas orientadas al
norte, más húmedas y umbrosas, acogen interesantes representantes de hayedos
y robledales; por contra las laderas meridionales están ocupadas por encinas,
sabinas y enebros, favorecidas por su capacidad de soportar la sequía estival y el
efecto térmico de la caliza.
El valle de Geras, donde se ubican también las localidades de Paradilla,
Cabornera y Beberino, acoge destacados hayedos capaces de aprovechar la hume-
dad que pro-
porcionan las
frecuentes nie-
blas. Aunque
se trata de
manchas de
escasa exten-
sión, resultan
de
enorme
interés botá-
nico.
Pero, sin
duda, es el
hayedo
de
16.
Sabinas
Puertos de Cabornera