En pleno corazón
de la Cordillera y con
altitudes que superan
los 1.500 m, La Pola de
Gordón conserva nume-
rosos puertos pirenaicos,
tradicionalmente ocupa-
dos por merinas trashu-
mantes y que hoy acogen
a los últimos rebaños
llegados de los páramos
y riberas del sur de León
en una trashumancia de
corto recorrido. La vereda de Aralla o los puertos de Cabornera guardan todavía
el recuerdo de ese trasiego estacional de ganados entre los puertos de verano en
estas montañas y los invernaderos, más allá del Tajo. En Beberino aún se recuerda
la antigua ropería que el monasterio de Guadalupe tenía en la zona, desde la que
un monje organizaba a los pastores que estaban a cargo de la extensa cabaña que
pasaba el verano en estos puertos.
La Robla es zona de transición entre ambientes atlánticos y mediterráneos, lo
que dota a este municipio de una singular diversidad. Las estribaciones de la mon-
taña cantábrica se tornan ahora en páramos elevados y divagantes valles que se
prolongan hasta la ciudad de León. En los últimos años se ha convertido en nudo
de comunicaciones entre ambas vertientes de la Cordillera Cantábrica, lo que
ha favorecido su desarrollo industrial. Viejos recursos ofrecen nuevos atractivos
para el turismo, como las hoces de Olleros de Alba, consideradas Punto de Interés
13.
Cubillas de Arbas
Paleras