

Localidad/punto de acceso:
Varias localidades
Municipio:
Villablino
Punto de observación:
Falta
Coordenadas:
Falta
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Marmitas de gigante en el lecho del arroyo.
Colonias de corales fósiles en las calizas de la garganta.
Las hoces del Villar son un buen ejemplo de gar-
ganta esculpida por la acción erosiva de un río, en este
caso el arroyo del Villar. Hace varias décadas, sus aguas
acompasaban los pasos de los mineros que, proceden-
tes del valle del Torío, se dirigían a las minas de carbón
de Ciñera y Santa Lucía de Gordón. En su camino dia-
rio al trabajo, no tenían más remedio que atravesar las
hoces del Villar; en aquellos puntos donde la garganta
se estrecha tanto que apenas cabe por ella el arroyo,
se vieron obligados a aguzar el ingenio y construir unas
precarias pasarelas de madera elevadas, unas simples
empalizadas que se mantenían en equilibrio por enci-
ma de la superficie del agua y les permitían proseguir
su camino hacia las minas. Buen ejemplo de ello era el
“Puente Palos”, actualmente reconstruido y reemplaza-
do por una sólida pasarela por los vecinos de Ciñera de
Gordón.
Hoces como las del Villar son muy frecuentes en
la cordillera Cantábrica, en especial en enclaves donde
abundan las rocas calizas y los ríos discurren con una
dirección transversal a la de los estratos rocosos.
Las calizas sobre las que se ha desarrollado este
angosto desfiladero pertenecen a la Formación Santa
Lucía y se depositaron en un fondo marino durante el
Devónico. Son ricas en fósiles de organismos marinos,
como corales, briozoos y esponjas, algunos de los cua-
les pueden observarse en las paredes rocosas en distin-
tos puntos del desfiladero.
Muchos millones de años después de su formación,
durante el Cuaternario, y gracias a su capacidad erosiva,
el arroyo del Villar ha ido encajando su cauce en esas
calizas hasta esculpir sus paredes casi verticales.
En algunos puntos la roca es muy resistente a la
erosión, por lo que el río se ha visto obligado a trazar
curvas y a ver su cauce relegado a un estrecho pasillo
entre las dos paredes. En estas zonas más resistentes
pueden observarse unas curiosas estructuras que afec-
tan al lecho del río, conocidas como “marmitas de gi-
gante”. Se trata de concavidades de tamaño variable y
morfología circular, originadas cuando la corriente de
agua se arremolina al encontrar algún obstáculo que, en
muchos casos, es una pequeña irregularidad del propio
lecho. Con el tiempo y la ayuda de los cantos que arras-
tra la corriente, la concavidad aumenta de tamaño por
fricción y acaba mostrando una superficie lisa.
Además de la erosión mecánica ejercida por el arro-
yo, las calizas de las hoces del Villar han sufrido también
una intensa disolución kárstica, lo que ha desencadena-
do la formación de “lapiaces”, unas vistosas acanaladu-
ras que recorren las paredes, y de cuevas, que abundan
en algunos tramos del desfiladero.
Las hoces del Villar en 1985.
Ciñera de Gordón
La Pola de Gordón
Acceso por senda desde el
Faedo de Ciñera
Coordenadas:
Huso 30; X 286886; Y 4751509
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Las hoces del Villar