E
n León, las empanadas son
propias del noroeste provincial.
Se realizan a partir de un mismo
fundamento culinario, pero dife -
rentes en cuanto a su contenido,
pues el pescado, las carnes e,
incluso, las hortalizas, como las
acelgas, formaban parte del
relleno. Solían hacerse cuando se
amasaba el pan, aprovechando
que se encendía el horno. En esta
labor, primero se sacaba la
empanada, después las hogazas
y, finalmente, una
torta
hecha de
la misma masa del pan, que
hacía las delicias de los niños,
por verterse sobre ella miel o
azúcar, como también de los
mayores, pues la tomaban moján -
dola, cuando estaba aún caliente,
en una mezcla de vino y azúcar,
tal como se hacía en la comarca
de La Cepeda. A veces la torta
adquiría el nombre del patroní -
mico del lugar donde se hacía,
como es el caso de la
torta de
Benllera
, entre cuyos componen -
tes se encuentra el aceite, como
también ocurre con la
torta de
libros
de los valles de Fenar y
del Torío.
La tradición también está vin -
culada a la conocida
pica
de
Benllera, pues los padrinos y
madrinas de pila entregaban una
a sus ahijados como aguinaldo,
el día de Navidad a la salida de
misa.