37.
centrando sus puntos defensivos en los pasos, en las vías que
comunicaban la meseta y la costa. Un limes más o menos esta-
ble que salta en pedazos por iniciativa del auténtico motor de la
Reconquista durante esta primera etapa de nuestra historia
medieval: Alfonso I (739-757). Hábil estratega, este monarca se
dio cuenta de la necesidad de destruir los centros de aprovisio-
namiento de los árabes cuando iniciaban una campaña contra el
norte. Si se priva a un ejército en movimiento de unas bases en
las que conseguir víveres, éste deberá o bien retroceder y aban-
donar la empresa, o abastecerse de los alimentos que porte en
su columna, lo que ralentiza la marcha y minora la capacidad de
agresión. Por ello, el príncipe asturiano dedicó sus esfuerzos a
desbaratar esta estructura ismaelita entre las tierras comprendi-
das entre la cordillera y el Duero, creando un espacio inestable,
inseguro. Desarticulado por tanto, desde un punto de vista polí-
tico, los reyes de Asturias disponen ahora de cierta capacidad
de maniobra en las tierras hoy leonesas de la Cantábrica.
La consolidación cristiana es lenta, pero segura. A lo
largo del s. IX varios monarcas realizan diversas tentativas de
apropiación de los principales núcleos con el fin de incorporar-
los a la corona. Finalmente, en tiempos de Ordoño I (850-866)
León y Astorga, repoblados, se suman al reino de Asturias. Este
avance de la frontera permitirá a su hijo, Alfonso III el Magno
(866-910), una reorganización del espacio que incluye, desde el
traslado definitivo de la corte a la ciudad de León, hasta la
creación de una red de fortalezas que aseguren el control real de
las tierras en poder del soberano.
Si bien León y Astorga
se convierten en los dos principa-
les centros operativos, Alfonso
III, con el fin de proteger los
pasos de la Cantábrica y garanti-
zar el control de los puertos y las
vías así como preservar Asturias
de los ataques musulmanes, orde-
na la construcción, según las cró-
nicas cristianas, de los castillos de
Alba, Luna y Gordón.
Detengámonos en estas tres forta-
lezas.
Partes del muro de una fortaleza