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46.

la ruta, provocando una asombrosa multiplicación de negocios,

asociaciones, alberguerías y publicaciones. Sin embargo, frente

a esta renovada pujanza de la ruta principal, el Camino de San

Salvador apenas ha interesado a historiadores, literatos e insti-

tuciones. Un olvido acentuado quizá en las comarcas que nos

ocupan por la orientación eminentemente minera e industrial

que han tenido desde la segunda mitad del siglo XIX.

Posiblemente por ello nuestra variante ha sido tratada con fre-

cuencia de forma en exceso somera, especialmente en su tramo

leonés, y también injusta, habida cuenta del peso notable que,

desde la Edad Media, tuvo en toda la Europa occidental.

Los orígenes de la

peregrinación a oviedo

Al igual que el Camino de Santiago, también este de

Oviedo parece contar con antecedentes romanos. M. A.

Rabanal ha reconstruido la antigua vía que enlazaba la Legio

VII Gémina con Lucus Asturum, hoy Lugo de Llanera, coinci-

diendo básicamente con el trazado de las actuales carreteras

León-Lorenzana-La Robla y antigua Nacional 630. Es muy

posible que guardase relación con la vía de Galicia a Asturias

que recoge el Anónimo de Rávena allá por el siglo VII, la cual

discurría a través del Bierzo, Astorga y el Páramo, desde donde

se dirigía a Lucus Asturum por Mamorana, en el concejo de

Lena. A nuestro juicio, basándonos tanto en datos toponímicos

como arqueológicos, lo más probable es que existiese ya enton-

ces una calzada por cada margen del Bernesga, con puentes de

madera u obra que permitiesen el paso de la una a la otra para

continuar el camino cuando algún tramo se hallase impractica-

ble, algo frecuente hasta tiempos cercanos por las crecidas y los

desprendimientos.

Aunque la peregrinación a las reliquias de San

Salvador no guarda, en principio, ninguna relación con la ruta

jacobea, sus orígenes remotos son, en cierto modo, paralelos.

Mientras aparecía en Compostela la tumba atribuida al Apóstol

Santiago, y Alfonso II edificaba en su honor la primitiva y

modesta basílica, el mismo rey se ocupaba en hacer de Oviedo

una capital digna para su reino, uno de cuyos atractivos habría

de ser el impresionante relicario catedralicio, que contenía los

restos de numerosos santos, apóstoles y mártires. Sin embargo,

el traslado de la corte a León hacia 910 limitó bastante el desa-

rrollo urbano y la proyección exterior de Oviedo, y quizá por

ello los orígenes de la peregrinación a San Salvador siguen