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SECUNDARIA
Vida tradicional
ORIENTACIONES DIDÁCTICAS
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Si bien el programa no incluye, como tal, actividades durante una “salida de campo”
planteada de modo genérico, una buena parte de las propuestas tendrán que apo-
yarse en trabajos realizados fuera del aula, sobre todo en lo referente a la búsqueda
de información, de la que puede surgir, ¡por qué no!, el interés por realizar visitas a
un museo, por participar en su propia localidad en una celebración concreta, por ir a
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KNB@KHC@C DK C¨@ CD TM@ EDQH@ N ƥDRS@ DSB _$R DRS@ TM@ OTDQS@ @AHDQS@ @ TM RHME¨M CD
posibilidades!
1-CUESTIÓN DE IDENTIDAD
La conservación de un patrimonio inmaterial como las costumbres ligadas a la vida tradi-
BHNM@K O@R@ ONQ RT BNMNBHLHDMSN X QDBNMNBHLHDMSN 1DƦDWHNM@Q RNAQD KN
@QQ@HF@C@ PTD DRS
la identidad de los pueblos en la naturaleza de su territorio y en las particulares costum-
bres que surgieron en él, es un primer paso para ello. Una forma de valorarlo como algo
OQNOHN DR RDQ BNMRBHDMSD CD KN PTD HMƦTXDM DM TMN LHRLN X DM DK B@QBSDQ řBNKDBSHUNŚ _RHM
caer en estereotipos mal intencionados, claro!
2H CD ENQL@ HMCHUHCT@K X CDROT¤R DM FQTON RD KKDF@ @ BNMRDMRT@Q PT¤ BNMƥDQD @ TM@ BN-
munidad una “identidad” propia, en el debate surgirán distintas visiones, pues es un tema
@AHDQSN MN G@X TM@ CDƥMHBH®M µMHB@ 4M@R HCD@R O@Q@ FTH@Q X @ONX@Q DK
CDA@SDOTDCDM RDQ
-La identidad colectiva se suele construir desde la singularidad, que no la oposición, frente
a otros.
-También se entiende como los valores y pautas de actuación que adoptan las personas
asumiéndolas como propias, resultando una conciencia de pertenencia a dicha comunidad.
2D RTDKD CDƥMHQ BNLN K@ DRDMBH@ CDK O
@R@CNBNLµM ODQN DR @KFN CHMLHBN DWOTDRSN @
BNMSHMT@R X LµKSHOKDR HMƦTDMBH@R DWSDQM@R D HMSDQM@R DR
O@QSDCDK OQDRDMSD CD
BT@KPTHDQcomunidad; aunque su “riqueza” y diversidad sí dependerá de cómo se valore la herencia
recibida.
-Entendiendo por acervo el conjunto de bienes morales, culturales o materiales, que una
comunidad reconoce como propios, se comprenderá mejor la importancia de las activi-
C@CDRDUDMSNR N GDBGNR PTD RHQUDM BNLN RD¬@R CD HCDMSHC@C ƥDRS@R
F@RSQNMNL¨@ ITD-
gos, indumentaria, bailes, canciones, instrumentos musicales y también de trabajo, de los
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SQ@CHBHNM@KDR TRNR X ENQL@R CD
@OQNUDBG@LHDMSNCDK SDQQHSNQHN
CH@KDBSNRX
G@AK@R
particulares, arquitectura tradicional, historia, costumbres y otras muchas manifestaciones
culturales…
Un paso más puede ser valorar adecuadamente la importancia de los “elementos de carác-
ter inmaterial” que conforman el patrimonio cultural de un pueblo, dada su mayor vulne-
Q@AHKHC@C
-NQL@KLDMSDRT @TS¤MSHBN
RHFMHƥB@CNQDRHCD DM K@ ENQL@ CD
G@BDQCDBHQ X RDMSHQ
de la gente, si se preocupan de mantenerlos vivos en su memoria, algo que ni el testimonio
escrito puede preservar del olvido.
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ƥK@MC®M 3DRNQN CDK /"( CD $RO@¬@ X
el habla, tanto el Llïonés, como el Patsuezu, propio de los valles de todo el Alto Sil
.
2- HISTORIAS DE FILANDÓN
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@Q@BSDQ¨RSHB@R CDK SDQQHSNQHN HMƦTXDM X BNMCH-
BHNM@M DK B@QBSDQ KNR NƥBHNR X B®LN MN K@R BNRSTLAQDR CD K@R ODQRNM@R
Sobre todo en las zonas de montaña, donde en invierno anochece temprano y el frío no
anima a estar en la calle, los vecinos se reunían en las casas, alrededor del fuego, para
entretenerse un rato contando historias, poniéndose al día de sucesos, cantando e incluso
bailando. Era una de las formas habituales de socializar y de mantener vivas historias, le-
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