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en vez de estar en la iglesia, el belén se
instala en la ermita, entre el caserío, más
accesible a los vecinos que quedan en el
pueblo durante el invierno. En otras oca-
siones se disponen en alguna plaza, como
en Santibáñez de Ordás, a la que acude el
vecindario en Nochebuena a cantar villan-
cicos; o en Adrados de Ordás, donde se
coloca un sencillo nacimiento a la entrada
del pueblo, bajo un pequeño arco que lo
enmarca a la perfección. No faltan belenes
más elaborados en las cabeceras de co-
marca y en los pueblos más grandes del
territorio, como en La Robla o en La Pola
de Gordón.
Cuenta la tradición que fue san Francisco
de Asís un santo muy aficionado a los na-
cimientos, por lo cercanos que resultaban
para el pueblo. Fue el santo uno de los
grandes impulsores de esta tradición y,
posiblemente, a su Orden se deba su difu-
sión por Europa.
Nacimientos. Villablino. Foto: Silvia Aller
Quintana de Fon
Pastorada. Riosequino de Torío
Foto: Familia Arias Robles
Pastorada. Murias de Paredes
Foto: Joaquín Alonso
A duras penas sobreviven algunas repre-
sentaciones y belenes vivientes; es el caso
de Santa Lucía de Gordón, donde apenas
es un esbozo del portal de Belén durante
la cabalgata de Reyes que se celebra el día
5 de enero.
Otra cosa debieron ser las
pastoradas
,
que se representaban en varios pueblos de
todo el territorio, como en Riosequino y
Robledo de Torío, en Cubillas de Arbas, en
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donde también se hacían hogueras de Re-
yes. Consistían en sencillas representacio-
nes populares que escenificaban el anun-
cio del ángel a los pastores y la adoración
del Niño por estos en el portal de Belén.
Los actores iban ataviados según su papel,
y no faltaban durante la representación