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formas expresivas individuales portadoras de valores estéticos, emocionales y un fin
último que se convierte, junto a la colectividad, en diversión y entretenimiento.
7. Convivencia y vecindad
El mundo contemporáneo occidental representa bienestar y sustanciales mejoras;
pero sus reglas también han contribuido al nacimiento de nuevas tiranías, al fomento
de la individualidad y a la creación de una falsa autosuficiencia que se traduce en
actitudes independientes que la realidad solo reduce a hechos puntuales cuando no
aparentes. Este desafuero, aun considerando la presencia de intereses particulares, nunca
existió, en términos generales, entre las gentes del mundo rural, cuya vida discurría
de manera sencilla y arraigada en costumbres y formas de proceder determinadas por
un orden moral con fundamento religioso, pero también de acuerdo a unas normas de
comportamiento basadas en el principio de la solidaridad. Así se desprende del contenido
de las Ordenanzas de Concejo que poseían nuestros pueblos.
La existencia de los Concejos, tanto abiertos como cerrados, ha permitido el ejercicio
por parte del pueblo, de la forma más auténtica de democracia, gracias a unas fórmulas de
participación, regulación, ordenamiento y administración de la comunidad, que suponían
decisiones consensuadas. En este sentido también han tenido un papel fundamental las
“cofradías de gloria”, pues, además de sus fines piadosos y religiosos, practicaban obras
de carácter socio-asistencial, como igualmente pudieron tener las hermandades con
una advocación religiosa, que era otro modelo societario compuesto de
fratres
. A ellas
pertenecían prácticamente todos los vecinos, de igual manera que todo el vecindario
solía formar parte de las que había en el pueblo.
Los actos con los que se celebraba la festividaddel patrono, fuese fiestamayor, romería
o fiesta dedicada al santoral, precisaban de una organización de la que se encargaban los
propios cofrades, empleándose las mujeres en el vestir del santo y en el adecentamiento
y engalanado de la iglesia o ermita. Toda esta parafernalia de la religiosidad popular
responde a una práctica religiosa basada en la afectividad y en la devoción, que alcanza su
momento álgido en las ofrendas, en los cantos que se dedican a la imagen y en el desfile
procesional. Cumplida la parte religiosa, se inicia la celebración lúdica que comporta
juegos tradicionales, comensalismo, música y baile, todos componentes activos de la
socialización.
8. Comida de fiesta
Se ha dicho que ali-
mento y comida no fal-
tan en los momentos
principales de la existen-
cia, pues el banquete es
una representación del
triunfo y de la vida. Tal
costumbre antaño se re-
lacionaba con los “ritos
de transición”, es decir,
nacimientos, bautismos,
matrimonios,
mandas
testamentarias, “rituales
Baile. Robledo de Fenar