Background Image
Previous Page  145 / 227 Next Page
Basic version Information
Show Menu
Previous Page 145 / 227 Next Page
Page Background

128.

el habla

Si el lenguaje es vínculo de unión, esta área provincial

ha mantenido hasta no hace mucho tiempo, el viejo dialecto

llïonés

, al que se le viene considerando como un conjunto de

hablas romances subordinadas al latín que se hablaron en el

antiguo Reino de León. Pero la imposición del castellano en

tiempos de Fernando III y su posterior unificación ortográfica

en el siglo XIV, determinó el que no alcanzara la categoría de

idioma. No obstante, aún quedan retazos del mismo, converti-

do en un sistema lingüístico reducido a lo que nostálgicamente

se considera como

nuesa fala

o

nuetxa txingua

, es decir, ha

dejado de ser dialecto para devaluarse en simple habla, aunque

con establecimiento social definido.

Ese

llïonés

y esa

fala

han sido la expresión más elo-

cuente de la cultura de los pueblos del noroeste provincial, hoy

casi perdidos por la castellanización, que ha sido más temprana

y definitiva en zonas de los valles del Bernesga y Torío. Aún

con todo, en esa variedad diatópica perviven expresiones, léxi-

co y variantes de ese antiguo dialecto y de esa habla, como

sucede con el

cepedano

, con el

bable

, con el

pachxuezu

-que

admitió a su vez diferencias lingüísticas entre Laciana, Babia y

Omaña en su extremo occidental-, y con la

faliechxa

, habla que

posiblemente deriva de la anterior, propia de aquellos vaqueiros

de Alzada que recorrían con sus ganados las montañas astur-

leonesas entre Babia y Laciana. Si el

cepedano

, como habla

arcaica, todavía persiste y se recopila en vocabularios publica-

dos, y el

bable

es conservado en Asturias, las otras, desgracia-

damente, se han perdido en casi su totalidad, sobre todo el habla

vaqueira

.

Sobre las características del astur-leonés es notorio la

conservación de la inicial

f

por la

h

, la palatización de la

l

para

hacerla

ll

o

tx

, la diptogación de

uo

de la

o

tónica, la conversión

de

o

en

y de

e

en

, así como los peculiares diptongos decre-

cientes

ei

y

ou

y la tendencia a trasformar las vocales finales

o

y

e

en

u

y en

i

.

Un autor leonés, Melchor Rodríguez Cosmen, lacia-

niego para más señas, comenta sobre el

pachxuezu

, que “

su

centro radicó en el antiguo concejo de Leitariegos y su zona de

influencia alcanzó, por el Norte hasta los concejos de

Belmonte, Tineo y Allande; por el Sur, las regiones de Babia

,